Una startup es un proyecto de emprendimiento que busca, a través de financiación propia o de terceros, recorrer el camino hacia la monetización exitosa de un producto o servicio. A pesar de que la tasa de fracaso es alta, las empresas más valiosas del mundo en el pasado 2020 son y han sido startups como Amazon, Apple, Google, Microsoft, Tesla, Uber…
El ecosistema de inversión en startups adquiere tracción en los últimos diez años y, mientras la construcción se convertía en una industria que le costaba innovar y con bajos márgenes de inversión en startups, se cerraba el año 2020 superando los 1,300 millones de dólares de inversión en nuevos modelos de negocio.
El récord anterior data de 2018 con más de 1,800 millones de dólares invertidos. Además, es el cuarto año consecutivo en el que el número de rondas de financiación sobrepasa la cifra de 100.
¿Cuáles son las fases de una startup?
CEMEX Ventures segmenta las startups en seis fases en las que diferencia cómo de avanzadas se encuentran en su camino a la monetización o a convertirse en una solución indispensable en el mercado.
Una startup solo existe y tiene sentido si resuelve al menos un punto de dolor de la industria en la que opera y, aunque la tasa de fracaso sea alta, el éxito se puede medir en cualquiera de las siguientes seis etapas.
En cada una de ellas se pueden dar diferentes formas de financiación, pero es cierto que cada fase cuenta con actores protagonistas que en cierto modo ayudan al crecimiento del nuevo modelo de negocio.
Fases de una startup
Etapa Pre-Seed
Como en cualquier proyecto, la fase de análisis es esencial para la detección de un problema real en el nicho de mercado en el cual se quiere actuar. El reto de la industria que solucione será clave en la determinación del éxito o fracaso de la solución propuesta a posteriori.
Sin embargo, no es suficiente con advertir dicho punto de dolor, también es necesario valorar su intensidad o severidad para evaluar el coste de oportunidad, así como considerar alternativas y competidores.
Con ello se debería cuestionar algo más:
- ¿Es mi solución una verdadera respuesta al problema a resolver?
- ¿Puede afectar mi solución a otros puntos de dolor de la industria agravándolos y/o reduciendo la aceptación del mercado objetivo?
- ¿Es mi solución similar a alguna ya existente?
- ¿Qué tengo diferente a otros?
Escuchar a potenciales clientes ayuda sin duda a definir con mayor precisión los puntos de dolor que se pretenden atacar.
Este análisis se da en la fase pre-semilla considerándose la fase idea porque lo único que requiere es tener la idea y convencer a alguien para que se una a llevarlo a cabo contigo. Es un buen momento para asentar las bases legales del proyecto y plasmarlas en el Pacto de Socios.
Etapa Seed
En la fase seed o fase semilla lo que se busca principalmente es validar el modelo de negocio. Se tomarán decisiones tan importantes como la metodología que va a seguir una startup. En esta fase se buscan las primeras materializaciones de una startup. Esta puede ser mediante prototipos, estos son pequeños experimentos llevados a cabo para validar la idea inicial sobre la que se cimenta una startup.
Su objetivo es la validación de la hipótesis inicial de valor. Un prototipo en fase temprana de desarrollo no necesita ser funcional, y no tiene por qué ser un producto viable. ¡No debe confundirse con MVP (Producto Mínimo Viable), que sí debe ser tanto funcional como viable!
Es el momento de realizar numerosas iteraciones hasta encontrar la solución. La validación de una idea es el proceso mediante el cual se reúnen pruebas, a través de la experimentación, para tomar decisiones rápidas, informadas y sin riesgos.
Se deben proponer ciertas hipótesis y asunciones de inicio, que a través de un método de comprobación y un criterio de satisfacción deben confirmarse o rechazarse. El rechazo (no-validación) de la hipótesis inicial refleja la necesidad de pivotar hacia una nueva suposición.
En cuanto a las formas de financiación, en esta etapa adquiere protagonismo la dinámica de bootstrapping como aquella que empieza y se expande solo por los recursos personales de los emprendedores y los ingresos generados por la compañía. Además, emergen las ayudas públicas, business angels o la participación de incubadoras como organismos de apoyo a los proyectos incipientes y un término muy común en este ecosistema: FFF (Family, Friends, Fools).
Etapa Early Stage o etapa temprana
La etapa temprana indica el comienzo de una fase en la que habrá que dejar que la idea evolucione hasta que se convierta en un producto o servicio en el mercado. Es el momento de lanzar para testear. No será la versión final, se estará probando ahora sí un Producto Mínimo Viable (MVP).
El producto mínimo viable se trata de un modelo que no tiene las funciones completas por lo que es menos complejo realizarlo. Se lanza como una primera versión, con los resultados y la información que se recopile. Después de su lanzamiento se debe analizar si satisface las necesidades de los clientes, si no es así, se realizan mejoras con nuevas versiones tratando de satisfacer al usuario.
Normalmente, las startups cuentan con un equipo en esta fase, no importa el tamaño siempre y cuando cubra las áreas necesarias y ponga en ejecución las tareas iniciales. Es el momento de tener definido un modelo de negocio, aunque no esté completo.
Esta fase es clave y ayudará a entender de manera fidedigna el efecto que está teniendo en el escenario que se tenía preparado en las fases previas. Al estar en contacto cercano con los clientes, se trata de labrar el terreno y ampliar tu número de audiencias.
En esta fase, además de los organismos de financiación que se veían en la fase anterior, adquieren valor las aceleradoras -como entidades que más allá de ideas incipientes ayudan a nuevos modelos de negocio a testear sus soluciones y acceder a clientes- y los Capitales de Riesgo. Otra de las dinámicas que continúan al alza es el crowdfunding o financiación colectiva entre círculos de interés.
Etapa Growth Stage
Una fuerte demanda en el mercado es satisfecha si el producto o servicio de una startup llega a esta fase. Es decir, habrá cifras al alza en cuanto a nuevos clientes, clientes recurrentes y facturación. La rentabilidad aquí es primordial. Es el momento en el que los equipos empiezan a crecer y se inicia la contratación de personal.
Esta fase es la que mayor tasa de fracaso presenta. No significa que el producto o servicio se mantenga fijo, probablemente habrá que hacer ajustes para acercarse a un sector de tu público objetivo, atender nuevas demandas u ocupar nuevos espacios que no estaban planeados.
La financiación en esta fase también es vital, ya sea para cubrir los cambios necesarios o para continuar con el siguiente paso. Además de agentes o dinámicas ya mencionadas, en esta fase adquieren protagonismo los Capitales de Riesgo y Capitales de Riesgo Corporativo, siendo la principal diferencia entre ellos que el primero tiene un único objetivo: financiero, el retorno de capital mientras que el segundo tiene un doble objetivo: financiero y estratégico priorizando generar valor estratégico para la corporación.
Adicionalmente también aparecen los Private Equity como instituciones que invierten en otras empresas privadas con un alto potencial de crecimiento a cambio de controlar un porcentaje de la empresa o de sus acciones.
Fase de expansión
Frente a la definición más extendida del término startup, una scaleup demuestra un modelo de negocio probado que le permite considerar objetivos más ambiciosos, por ejemplo, la internacionalización, expansión a otros sectores o contratación de nuevos profesionales.
En esta fase se mantienen las empresas que ya han avanzado en la ejecución de su modelo de negocio, consolidando su crecimiento tanto en ingresos como en empleados.
Según la definición del Scaleup Institute de Reino Unido y la OCDE, para que una compañía sea considerada scaleup debe haber crecido durante los tres últimos ejercicios a un ritmo anual superior al 20% o bien en número de empleados o en facturación.
Según la definición del Scaleup Institute de Reino Unido y la OCDE, para que una compañía sea considerada scaleup debe haber crecido durante los tres últimos ejercicios a un ritmo anual superior al 20% o bien en número de empleados o en facturación.
Durante la fase de expansión se buscan nuevos mercados y resulta un movimiento crítico para la continuidad del negocio. En general, se busca un mercado más ambicioso por lo que se plantea la expansión internacional. Por otra parte, también puede darse la expansión en la misma geografía, pero en diferentes segmentos incluyendo nuevos servicios o productos bajo el paraguas de una misma solución.
En este punto, suele ser necesario alcanzar acuerdos con grandes empresas y conseguir la financiación y apoyo en su infraestructura para poder expandir el modelo de negocio tanto geográficamente como entre clientes afianzados.
Fase de exit
Esta fase no es obligatoria ni siempre se da entre las startups. Hay modelos de negocio cuyo objetivo es convertirse en una empresa de alto valor y con largo recorrido. Sin embargo, es muy común que el último paso sea realizar un exit o salida vendiendo la startup. Aun así, no son muchas las que llegan a esta fase y las que lo hacen se caracterizan por su fuerza, alto potencial y oportunidades para continuar creciendo.
Esta salida puede ser de muchas formas, aunque destacan tres opciones frecuentes: venta de las acciones de los fundadores a otra compañía, adquisición por otra compañía o una Oferta Pública de Venta (OPV), lo que significa su entrada en venta.
Para CEMEX Ventures, impulsar la revolución de la construcción es más que invertir, se compromete a construir junto con cientos de startups un viaje hacia el éxito. Por eso CEMEX Ventures impulsa eventos como la Construction Startup Competition, en las que busca startups innovadoras dentro del mundo de la construcción para ayudarles a llegar a lo más alto.
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